miércoles, 20 de noviembre de 2013

Soledad creativa

Muchos piensan que el proceso de creación es esencialmente solitario, pero no tiene por qué ser así. De hecho, muchos de los que nos dedicamos a estas actividades agradecemos tener a alguien a nuestro lado que nos regale una palabra de aliento mientras recorremos los tortuosos caminos de la creación artística.

Para mí, no hay nada mejor que tener a mi lado a un lector, un amigo, que vaya siguiendo las letras que escribo, que vaya comentando las sensaciones que mis textos le producen y poder disertar durante horas sobre cómo y por qué digo lo que digo cuando lo digo. También me gusta participar en el proceso de otros.

Hace un par de días, pasé una mañana inolvidable hablando con otro escritor, Ángel Marqués, sobre la novela que está escribiendo, "El Balneario de Tozeur", y no podéis imaginar la magia que surge de este tipo de encuentros. Se activan las ganas de escribir, se reavivan las ilusiones y se calman las ansiedades.

No, el proceso creativo no tiene por qué ser solitario. Es más, el ermitaño escritor florece en compañía de sus lectores. Al fin y al cabo, escribimos para ellos.


lunes, 18 de noviembre de 2013

¡Feliz Navidad! Regalos personalizados

Se acercan las navidades. Ya, parezco el Corte Inglés, pero es que hay regalos muy especiales que requieren un tiempo de preparación. ¿Qué tal un cuento personalizado? ¿Un álbum artesanal con ilustraciones hechas a mano? ¿Y una biografía para esa persona tan especial de tu familia que tanto se merece ser recordada para siempre?

Piénsalo, yo puedo hacerlo para ti.

Si visitas mi página web www.entre-letras.com podrás ver todo lo que ofrecemos.
http://www.entre-letras.com/#!lo-que-puedo-escribir-para-ti/c4md



lunes, 19 de agosto de 2013

Suerte!

Doy por concluida mi guía para escritores noveles, pero estoy abierta a cualquier cuestión que os surja de leer estas líneas.

Espero que aquellos que persiguen su sueños os haya sido de utilidad.

No dejéis de leerla.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Cómo buscar el Agente o la Editorial adecuada

Ya te has decidido. Has pensado que la forma en la que deseas publicar tu obra es a través de los cauces tradicionales, contando con un agente o una editorial.

Aquí empieza un duro ejercicio de preparación y paciencia, y un trabajo concienzudo para la correcta elección de tu futuro agente o editorial.

Como dije en la entrevista para Diario Fénix, escrita por Francisco Navarro (@gasolinero) "Hay que saber cómo “entrarle” a una editorial, no se manda el manuscrito sin más. Es fundamental ofrecerse de un modo profesional. Igual que no se va a una entrevista de trabajo en chanclas, el presentarse a una editorial requiere ciertos formalismos para que a uno le tomen en serio"


El primer paso es buscar la editorial o el agente adecuado, a quién le vamos a presentar nuestra obra. Desde luego, si escribimos novela negra, no será lo más apropiado presentarla a una editorial especializada en cuentos infantiles, por ejemplo.

Para ello tienes que hacer una cuidadosa selección. hacerte con un buen listado y visitar las páginas de cada una de las editoriales o de los agentes y tener claro qué es lo que buscan. Ten en cuenta que la mayoría de las editoriales no aceptan manuscritos no solicitados. ¿qué quiere decir esto? Pues que no se te ocurra ir enviando tu obra a diestro y siniestro,  ni mandarla, por ejemplo, en un mensaje de Facebook.

Recuerda: Primero, antes de nada, registra tu obra. Después, prepara un escrito para enviar. De lo que se trata es de despertar el interés por tu obra. Para ellos lo mejor es elaborar una propuesta para el editor. Cuéntales quien eres, preséntate tú (indica si tienes algún blog literario, alguna otra obra publicada, concursos en los que hayas obtenido buenos resultados...) y presenta tu obra, incluye una breve sinopsis, y diles por qué crees que deben publicarla destacando los aspectos fundamentales de la misma... haz que quieran saber más. Esta presentación debe ser breve, no más de dos folios escritos a doble espacio por una cara. También deberías incluir una muestra de escritura, unas diez o quince páginas de la novela.

El texto tiene que estar impecable, ni una falta, claro y bien expresado. Quieres presentarte como un buen escritor, y esto va a ser tu tarjeta de presentación. Cuídala mucho.

Cuando ya tengas tu presentación y la lista de agentes o editoriales a las que vas a enviarlo, ármate de paciencia. Empieza uno a uno. Entérate de quien, dentro de la editorial o la agencia se encarga de la recepción de propuestas y dirígete a esa persona. Es fundamental que mandes los mail uno a uno. Nada de destinatarios múltiples, ni siquiera aunque estén ocultos. Eso da muy mala impresión. Recuerda: tu trabajo como escritor ha comenzado, se profesional.

Ahora ya no vas "a la desesperada" has realizado una importante y laboriosa tarea de preparación. Sácale el máximo provecho.

Os dejo algunos enlaces que os pueden resultar interesantes:
http://agenciasliterarias.blogspot.com.es/
http://www.unionescritores.com/2011/02/agentes-literarios-en-espana.html
http://www.federacioneditores.org/

Mucho cuidado con aquellas editoriales que os pidan dinero de entrada para publicar. En muchos casos, se aprovechan de las ilusiones de un escritor para sacarle el dinero.

Diferencia estas empresas de los servicios de corrección y lectura profesional. Ellos no te ofrecerán publicar, sólo revisar tu obra para dejarla en las mejores condiciones para ser presentada, pero no la presentan por ti ni se comprometen al resultado sobre su posible publicación. Éstas personas, correctores y lectores, son profesionales y hacen su trabajo sin veladas falsas promesas sobre la publicación de la obra. A veces puede resultar muy interesante contar con un informe favorable de un lector profesional a la hora de presentar tu obra, ya que siempre resulta una buena garantía de la calidad de tu trabajo.

Un buen agente o editorial apuestan por ti, por tu obra. Ellos hacen la inversión económica, que no es pequeña, para que tu obra vea la luz y corren con el riesgo de la operación.

Ahora, ¡a trabajar!


lunes, 12 de agosto de 2013

Cosas que debes saber antes de pensar en publicar: Registro de la propiedad intelectual, ISBN y Depósito legal.

Registro:
Elijas la forma que elijas para publicar, lo primero es registrar tu obra. De esta manera quedará constancia de su autoría. Y esto debes hacerlo nada más tenerla lista para su publicación, antes de enviársela a nadie, editoriales o agentes.

Según la definición del ministerio de cultura, “el Registro es un medio para la protección de los derechos de propiedad intelectual de los autores y demás titulares sobre sus obras, actuaciones o producciones. La inscripción registral supone una protección de los derechos de propiedad intelectual, en tanto que constituye una prueba cualificada de la existencia de los derechos inscritos.”

El registro no es obligatorio. Las obras no registradas no dejan de estar protegidas por la ley, el autor no queda totalmente desamparado. Pero el registro constituye una prueba frente a terceros de la autoría de la obra, y en caso de tener que reclamar por un posible plagio o uso no autorizado de tu obra, contar con la prueba que supone el registro facilitará mucho las cosas.

En la página del Ministerio de Cultura podéis encontrar toda la información necesaria así como los impresos para llevar a cabo el registro:

Aquí puedes descargar la solicitud y consultar las direcciones de las sedes para presentarla o incluso, presentarla telemáticamente si dispones de certificado digital.

Cuesta, según las tasas vigentes para este año (2013) 12,94€

Para alcance global puedes usar SAFE CREATIVE. Es gratis en su versión más básica y también tienen planes que ofrecen más opciones a un coste relativamente bajo.
Ofrecen registro para todo tipo de obras. También para las entradas de tu blog.

¿Qué es el ISBN?
El International Standard Book Number abreviado ISBN, es un identificador único para libros, previsto para uso comercial. Es un conjunto de 13 dígitos que identifican tu obra y la encuadran dentro del amplio panorama de obras publicadas (el código de país o lengua de origen, el editor, el número del artículo y un dígito de control). Las editoriales disponen de un ISBN o varios. Si publicas con una editorial, ellos te asignarán el ISBN correspondiente con la publicación.

Las editoriales por encargo, tipo Lulú o Bubok también ofrecen la asignación gratuita de un ISBN si publicas con ellos.

Ojo. El ISBN no es obligatorio para publicar un libro y tampoco supone un estándar de calidad ni protege de alguna forma los derechos de autor.

Si decides publicar tú mismo tu obra, puedes conseguir un ISBN de autoedición a través de la Agencia del ISBN.

Depósito legal:
El Depósito Legal tiene por objeto recoger ejemplares de las publicaciones de todo tipo reproducidas en cualquier clase de soporte y destinadas por cualquier procedimiento a su distribución o comunicación pública, sea ésta gratuita u onerosa, con la finalidad de cumplir con el deber de preservar el patrimonio bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital.

Están obligados a solicitarlo los editores e impresores o productores si el editor tiene su residencia fuera de España.

Como autor no tienes que solicitarlo tú mismo. En las publicaciones de impresión bajo demanda no es obligatorio el depósito legal.

En las modalidades de coedición o autoedición tradicional   será la editorial o el impresor los que soliciten el depósito legal de la obra. Consulta este punto con la imprenta donde vayas a llevar tu obra.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Ya tengo mi obra escrita y revisada, pero ¿ahora qué?

Perfecto, ya has terminado la parte fácil (por llamarlo de alguna manera) ahora comienza el verdadero trabajo. No me queda otra que decirte que, antes de nada, tus primeras armas van a ser la paciencia y la perseverancia.
¿Cuáles son las vías para publicar una novela? No existe sólo una. No sólo las editoriales tienen la llave para ver tu obra convertida en un libro de verdad. Aquí cada cual tiene sus preferencias. Todas las vías tienen sus ventajas e inconvenientes y yo quiero daros la información necesaria para que escojáis la que más se adapte a vuestra necesidad.
Editoriales y Agentes: apostando por lo tradicional
Lo más probable es que cuando uno piensa en publicar un libro, lo primero que le viene a la cabeza es que en el lomo lleve impreso el sello de una editorial.
Como os decía, suele ser éste el primer método de elección, dejando, lamentablemente, la autoedición para cuando la paciencia o los recursos se agotan, en lugar de considerarla como el modo más apropiado de difusión para determinados manuscritos, que es lo que debería ser.
Como todo, la publicación a través de una editorial tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las primeras hay muchas, como el prestigio que aporta hoy en día tener el respaldo de una editorial de las tradicionales. También, y tal vez esto es lo más importante, hay que tener en cuenta que la editorial asume el riesgo, hace el aporte económico, la inversión, la apuesta por la idea y el autor y tendrá interés en amortizar esa apuesta. Por ello el escritor no se verá solo ante el peligro. Contará con el apoyo de su editor para que la obra funcione y se venda. Y os digo, por experiencia propia, que contar con un buen editor que te apoye y te ilumine el camino, sobre todo cuando uno está “pez” en estas lides, es algo que no tiene valor calculable.
¿Qué es lo que se pierde? Como decía en la entrevista que me hicieron en Diario Fénix a propósito del lanzamiento de La Escondida, se pierde dinero, básicamente. Los beneficios para el autor se ven mermados, sujetos al contrato de edición, al porcentaje que se nos pagará en concepto de derechos de autor por nuestra obra, que normalmente no es demasiado alto.
El principal problema que esta vía nos presenta es la enorme dificultad que supone acceder a una de estas editoriales. Hay que trazarse un plan de trabajo (que os explicaré más adelante) para maximizar las posibilidades de éxito)
La figura del agente se está haciendo cada vez más indispensable. Se puede considerar al agente literario como un primer filtro de acceso a la editorial. No deja de ser un intermediario que también se lleva su parte del beneficio, pero facilita enormemente el llegar a nuestra meta final: El editor.
El agente selecciona las obras que le llegan en base a su potencial, las filtra y decide a qué editoriales las presenta en función de su contenido. Hoy en día, la mayor parte de las editoriales están cerradas a la presentación de manuscritos que no les lleguen avalados por un agente literario.

Autoedición: otra forma de hacer las cosas.
Consiste básicamente en asumir todo lo que conlleva la publicación de un libro.
No es un método nuevo, pero ha conocido una segunda juventud gracias a la impresión digital.
El autor encarga una serie de ejemplares a una imprenta, habiendo elegido previamente el formato, calidad, número de ejemplares que se van a imprimir. Dependiendo de todos estos factores el coste por copia será uno u otro.
Como escritor deberás revisar tu obra a fondo. Ellos no van a corregirla, a editarla. Tienes que darles toda esa parte del trabajo ya hecha. Incluido el diseño de portada.
Antes de encargar una tirada de muchos ejemplares pide que te den una copia de muestra. Ello te permitirá ver físicamente cómo quedará el libro y detectar los posibles errores.
Después te tocará colocarlo en librerías, promocionarlo a través de las redes sociales…
Es una opción adecuada para libros técnicos, manuales o similares.
Impresión bajo demanda: la alternativa más novedosa.
Desde hace varios años han proliferado las empresas de impresión bajo demanda. Lulú, Bubok… son tal vez las más conocidas, pero hay un montón. Sólo hace falta darse un paseo por las entradas que te brinda tu buscador al respecto.
¿Cómo funciona este invento? La clave es precisamente esa forma de trabajo: la impresión bajo demanda.
Ellos te ofrecen la posibilidad de publicar tu novela sin que a ti te cueste un euro. Pero es cierto que todo el trabajo te va a corresponder a ti.
Tú serás quien elija el formato, la calidad de impresión, diseñarás tu portada, adecuarás el contenido a las páginas según ese formato y deberás controlar que todo queda en su sitio. Esto supone un enorme trabajo añadido al finalizar tu obra, pero eres tú quien decide si merece la pena.
El principal problema que yo encuentro en este tipo de edición es que el coste por copia sube muchísimo y hace que tu obra se encarezca hasta el punto de que si quieres obtener un mínimo de beneficio el precio para el consumidor final va a ser alto en comparación con los libros del mercado tradicional.
Por otro lado, estas empresas no revisan los contenidos, por lo que aún mucha gente piensa que allí se publica todo, sea bueno o malo y que mayoría son obras que no han alcanzado la calidad suficiente para ser publicadas de la manera tradicional. Esto no es real. Entre las obras autoeditadas hay verdaderas maravillas, pero no es fácil quitarse de encima el “San Benito” de escritor de segunda que te puede acompañar después durante el resto de tu carrera. Además, una vez la publiques te quedará vedada la posibilidad de presentar tu obra a concursos literarios que exigen que las obras presentadas sean inéditas. Algo que debes tener muy en cuenta si te lanzas a esta aventura.
Generalmente estas páginas cuentan con planes “de pago” que equiparan (sólo en determinados puntos) la edición por este medio a la tradicional. Corrección, promoción, notas de prensa… pero hay que invertir en ello y ser realista en cuanto a la inversión que estamos dispuestos a hacer.
La difusión de la obra será menor. Muchas veces se limita a tu círculo de amigos y cuenta, desde ya, que más del cincuenta por ciento nunca va a comprar tu novela. No porque no quieran, suele ser más bien por pereza o por no encontrar el momento. Las buenas intenciones están, pero el día a día nos come a todos y al final siempre se depende de una buena distribución, de que el libro siempre esté “a mano” del comprador.
Como ventaja tiene que los beneficios son mayores al eliminar el intermediario. Si eres una persona con contactos y estás dispuesto a dedicarte en cuerpo y alma a conseguir llevar tu obra a todos los rincones del planeta para poder colocarla en cuatro o cinco, entonces es una magnífica opción.
También lo es para aquellos que sólo desean imprimir unos cuantos ejemplares para la familia, como recuerdo o para regalar a alguien especial.
Para alcanzar una alta difusión de tu obra vas a tener que invertir los mismos esfuerzos, si no más, en promocionarla que lo que te costaría buscar una editorial tradicional.
Ésta no es, en principio, mi elección. Yo escribo novela, ficción y el canal más adecuado para mis propósitos es la edición tradicional.
De entre todas las opciones, busca aquella que te ofrezca el formato que estás buscando. No todas ofrecen las mismas posibilidades en cuanto a tamaños, papeles, colores, tapas blandas o duras, con sobrecubierta…

¿Qué hay de la Coedición?
Hay empresas editoriales que publican compartiendo los gastos que supone la edición con el autor. Esto puede beneficiar al escritor que cuenta en este caso con el nombre de la editorial y su prestigio a la hora de buscar formas de distribución.
Puede ser una buena opción, igual que en los casos anteriores, para publicar libros especializados en los que el autor cuente con una salida para ellos aunque sea reducida, como alumnos de una facultad, o miembros de una ONG o asociación.

Resumiendo:
Dependiendo del tipo de libro que quieras editar, te pueden interesar las empresas de autoedición o coedición, pero, en mi opinión, si lo que tú quieres es publicar una novela, lo mejor es optar primero por la manera tradicional.



lunes, 5 de agosto de 2013

Lo primero es escribir bien:

Y no me refiero sólo al hecho de tener cualidades literarias. Soy de las que piensa que nadie nos puede enseñar a escribir. Sólo nosotros mismos a través de la práctica y, sobre todo, de la lectura voraz, llegaremos a pulir nuestro estilo.

Leer, leer y leer más. Esa es la primera de las claves. La lectura de un buen libro siempre es una fuente de inspiración y de aprendizaje.

Pero de esto trataremos en el siguiente capítulo, de cómo extraerle el jugo a los textos que lleguen hasta nosotros.

Ahora, mi objetivo es mentalizar al escritor en ciernes de la suma importancia que tiene escribir correctamente, con una gramática pulida y una ortografía impecable.

Con el auge de las redes sociales, cada día leemos más de una pantalla, y cosas que no tienen nada que ver con el buen estilo literario. Mensajes cortos, sms, micro historias en 140 caracteres. Miles de frases en las que no se tiene en cuenta la ortografía, se escribe de cualquier manera y el resultado es penoso.

Tampoco os fiéis, JAMÁS, del corrector automático del programa de textos que utilicéis. Están llenos de lagunas y de errores. No sólo porque no son completos (aunque van mejorando versión a versión) si no porque hay palabras que pueden estar bien escritas pero no ser exactamente las que queremos decir, como es el caso de los ejemplos que cito a continuación. El corrector puede ser una buena herramienta para los deslices de escritura. Esas veces que se nos van los dedos a la tecla inadecuada y escribimos “Madird” en vez Madrid, pero no nos exime de revisar el texto palabra por palabra para detectar el resto de nuestros fallos.

En mi recorrido por las cientos de bitácoras que sigo y de las que extraigo mucha información, me encuentro de todo. No sólo en los comentarios de la gente a esos artículos, si no también, y lo que es peor, en el post mismo. Yo entiendo que un desliz lo tiene cualquiera, pero cosas como confundir “A ver” con “Haber” o las clásicas “Ay”, “Ahí” o “Hay”, no tiene perdón.

El uso abusivo de los traductores automáticos suele ser un auténtico desastre para nuestra lengua, y de tanto leer cosas mal escritas el ojo se acostumbra y ya no le saltan a la vista (valga la redundancia) las faltas de ortografía como sucedía antes. Gran parte de lo que leemos en internet está traducido de esta manera.
Fundamentalmente artículos especializados que no pasan por las manos de un profesional para adaptar lo que dicta el traductor de Google a una correcta forma de expresión en otro idioma. Y no dudo que lo mismo ocurra a la inversa.  Para ello hay que contrarrestar este bombardeo de errores ortográficos con más “alimento” pero del bueno. Volver a acostumbrar al ojo a ver, más allá de mirar. Y la mejor forma de alimentarnos es leyendo, pero no de fuentes inapropiadas. Libros, ahí está la clave.

Además de esto, ahora mismo tenemos acceso a multitud de herramientas para, en caso de duda, no meter la pata.

http://www.rae.es/rae.html
Imprescindible donde los haya, el diccionario de la Real Academia de la Lengua

http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000016.nsf/(voAnexos)/arch81783F098CA4E696C12572C60031796A/$FILE/ngramatica.ht

También de la RAE, los dosieres de gramática, para resolver cualquier duda.

No hay nada más desastroso que presentar un manuscrito lleno de faltas. Los correctores no están para estos menesteres, y si tu texto no está previamente pulido, lo más seguro es que, con la carga de trabajo que tienen, quede aparcado en cualquier rincón sin posibilidad de rescate. Si tu novela, ensayo, poesía está llena de “licencias ortográficas mal entendidas” hará daño a la vista y te descalificará, sin duda, como escritor.